Bibliotecas como redes sociales
He estado comparando los contenidos de estos tres documentos, Todos podemos ser una red social de Juan Varela, Tendencias en documentación digital de Jesús Tramullas, y Friending Libraries: Why libraries can become nodes in people’s social networks de Lee Rainie, Director de Pew Internet & American Life Project, y encuentro grandes coincidencias en sus previsiones de futuro hasta el punto de que los términos documentalistas y periodistas pueden ser perfectamente intercambiables en algunos momentos.
Dice Juan Varela que en la economía de la abundancia lo más escaso es la atención y lo más valioso sigue siendo el consejo de un amigo, de una persona con los mismos intereses en la que confiar. Con la explosión de los contenidos y la información que tanto abruma, las redes sociales han llegado para aportar el lado humano tras tantos contenidos generados en gran parte por la web 2.0.
En este contexto, el papel de las bibliotecas en las redes sociales del futuro se pronostica bastante brillante ya que las personas en estos espacios comparten sus ideas, aprenden y resuelven sus problemas, se vuelven autosuficientes pero también buscan un respaldo social. En opinión de Lee Rainie, las bibliotecas pueden actuar como nodos en estas redes sociales, no solo participando en ellas sino construyendo la suya propia si su reputación como biblioteca, como bibliotecario lo vale y es capaz de llamar la atención. Se trata de crear una comunidad y ser su líder a través de los contenidos, el criterio social y mecanismos que potencien la interactividad como participación de calidad. No se trata de marketing viral, sino de ser un canal que incluya las opiniones y criterios de los usuarios. Muchas marcas, medios, personajes o artistas están construyendo sus propias redes sociales (Juan Varela).El bibliotecario, la biblioteca, por lo tanto, puede llegar a ser una red social si consigue consolidarse como marca y atraer la atención.
“Actualmente la tecnología hace posible que se generen y publiquen de forma dinámica entidades informativas digitales completamente virtuales, que sólo van a existir en un momento, contexto y necesidad específica. Esta situación va a provocar la ruptura de la unidad que han formado durante un largo tiempo el contenido informativo y el soporte documental” (Tramullas). De la misma manera que veremos la evolución del periodista aferrado a la redacción, al periodista apegado a la noticia se encuentre donde se encuentre (Juan Varela), de la misma forma podremos ver la evolución del documentalista gestionando documentos al documentalista gestor de información (que incluye también a otras expresiones informativas).
Las redacciones precisan (al igual que las bibliotecas, los servicios de información) de estructuras más pequeñas y eficientes, no integradas y convergentes como las que ahora estamos viendo. Su problema es que siguen siendo demasiado centralizadas, demasiado orientadas a ciertos contenidos y productos, demasiado grandes y pesadas (Juan Varela).En los servicios de información (como en las redacciones) futuras, los bibliotecarios estarán permanentemente conectados, virtual y realmente, y trabajando la información como un proceso continuo y en transformación, planificando y desarrollando productos y servicios de información destinados a grupos particulares de usuarios y especialmente orientados a la satisfacción de sus necesidades y con los que crearán sus propias redes sociales: Medios plataformas que albergan las redacciones (servicios de información) como redes sociales.
Dice Juan Varela que en la economía de la abundancia lo más escaso es la atención y lo más valioso sigue siendo el consejo de un amigo, de una persona con los mismos intereses en la que confiar. Con la explosión de los contenidos y la información que tanto abruma, las redes sociales han llegado para aportar el lado humano tras tantos contenidos generados en gran parte por la web 2.0.
En este contexto, el papel de las bibliotecas en las redes sociales del futuro se pronostica bastante brillante ya que las personas en estos espacios comparten sus ideas, aprenden y resuelven sus problemas, se vuelven autosuficientes pero también buscan un respaldo social. En opinión de Lee Rainie, las bibliotecas pueden actuar como nodos en estas redes sociales, no solo participando en ellas sino construyendo la suya propia si su reputación como biblioteca, como bibliotecario lo vale y es capaz de llamar la atención. Se trata de crear una comunidad y ser su líder a través de los contenidos, el criterio social y mecanismos que potencien la interactividad como participación de calidad. No se trata de marketing viral, sino de ser un canal que incluya las opiniones y criterios de los usuarios. Muchas marcas, medios, personajes o artistas están construyendo sus propias redes sociales (Juan Varela).El bibliotecario, la biblioteca, por lo tanto, puede llegar a ser una red social si consigue consolidarse como marca y atraer la atención.
“Actualmente la tecnología hace posible que se generen y publiquen de forma dinámica entidades informativas digitales completamente virtuales, que sólo van a existir en un momento, contexto y necesidad específica. Esta situación va a provocar la ruptura de la unidad que han formado durante un largo tiempo el contenido informativo y el soporte documental” (Tramullas). De la misma manera que veremos la evolución del periodista aferrado a la redacción, al periodista apegado a la noticia se encuentre donde se encuentre (Juan Varela), de la misma forma podremos ver la evolución del documentalista gestionando documentos al documentalista gestor de información (que incluye también a otras expresiones informativas).
Las redacciones precisan (al igual que las bibliotecas, los servicios de información) de estructuras más pequeñas y eficientes, no integradas y convergentes como las que ahora estamos viendo. Su problema es que siguen siendo demasiado centralizadas, demasiado orientadas a ciertos contenidos y productos, demasiado grandes y pesadas (Juan Varela).En los servicios de información (como en las redacciones) futuras, los bibliotecarios estarán permanentemente conectados, virtual y realmente, y trabajando la información como un proceso continuo y en transformación, planificando y desarrollando productos y servicios de información destinados a grupos particulares de usuarios y especialmente orientados a la satisfacción de sus necesidades y con los que crearán sus propias redes sociales: Medios plataformas que albergan las redacciones (servicios de información) como redes sociales.
Comentarios
Leí tu artículo y me gustó mucho. Citas bastante a Jan Varela, pero no pones un link o una fuente más precisa para re-direccionar al lector. Me hubiera gustado saber en qué contexto dijo todo eso (dónde, cuándo, porqué, etc.).
No leí los otros links, (nota mental:tarea).
Gracias en todo caso por compartir.
ah, y si tienes twitter, me gustaría seguirte. El mío es @katinita.
Saludos,
Katina
Y aparece al comienzo del artículo.
Mi twitter es @NievesGlez
Gracias por comentar.
Un saludo.
Revisando he reencontrado tu amable post. Una actualización, Tendencias en Documentación digital lo tienes en http://eprints.rclis.org/16044/
Acabo de encontrar tu artículo. Es 2016, no sé si sigues activa en este campo (han pasado 7 agnos desde que lo publicaste). Tengo varias ideas prácticas al respecto y quería saber si te consta de experimentos que se estén implementando. Mi twitter es @arrikataum
Gracias